La formación responde a la necesidad de confiar
Las actividades humanas se iniciaron como una necesidad de supervivencia si bien la mayor diferencia entre el ser humano y el resto de animales precisamente era la capacidad de proyectar de aquél, según biólogos y sociólogos, es decir, pensar en el futuro.
Quizá la humanidad haya perdido algo con el hecho de clasificar todo aquello que podríamos hacer y convertirnos en especialistas, pero la realidad es que la formación responde a la necesidad de acreditar unos conocimientos que, al principio, se adquirían con la experiencia.
Queremos confiar en el buen hacer, tanto cuando existía el trueque como cuando las transacciones comerciales son más complejas y modernas.
La formación responde a esa necesidad de confiar. Y por ello, en joyería, hay un oficio que ha pasado de generación en generación con la herencia de una memoria colectiva a la que podemos añadir la formación académica.
En esta subsección, dispone de una relación de títulos académicos así como de una relación de escuelas de joyería.